Un día diferente
Este día fue totalmente diferente e inesperado ya que ocurrió
un contratiempo por que los buses que nos trasladan a los centros jamás
llegaron. No podíamos quedarnos en el colegio a hacer nada por lo que los
profesores nos dieron una solución, un trabajo para realizar con nuestro
centro. Ese día había preparado una nueva actividad para Lucio y estaba muy
ilusionada por ver que lo realizara ya que era un poco desafiante para un niño
de 4 años pero yo sabía que esa no era excusa porque él es súper hábil y sabía
que lo lograría, me puso triste no poder ir.
Primero nos organizamos por centros CAS (Colegio Santa
Isabel , Ciudad de los niños y Albergue María Araoz), y los supervisores nos
dijeron que debíamos de hacer una exposición que consistiría en presentar el
centro, nuestro martes a martes, contar las mejores experiencias, anécdotas buenas
y malas y dificultades que se hayan presentado a lo largo del año.
Nos entregaron unos papelógrafos en los que plasmaríamos todo
la exposición de una forma creativa. Mi grupo y yo nos organizamos dividiéndonos
los tópicos para que todos puedan hablar y contar sus experiencias propias,
mientras Carla, la artista del grupo, dibujaba a los niños y el logo del centro.
Cuando me acerque a ver cómo iba el dibujo de los niños me sorprendí y me reí mucho también ya que cada niño
estaba dibujado de formas graciosas justamente por algo que lo identificaba,
por ejemplo Lucio estaba dibujado como chinito porque siempre que sonríe sus
ojos se ponen chinitos.
Llego el momento de las exposiciones, nosotros salimos y
cada uno presento a su niño con una breve descripción del él además de la explicación
de nuestros días en Ciudad de los Niños. Lo mismo realizaron los demás centros,
el albergue presentando a los ancianitos y los del Santa Isabel a los
adolescentes. El momento más bonito de nuestra exposición fue la presentación y
cuando contamos nuestras experiencias ya que esos fueron nuestros mejores días de
CAS porque todo salió bonito, organizado y les encanto a los niños; sin embargo
hubo un momento en el que casi lloro ya que mi amiga Ana Lucia contó que a
Rafael lo retiraron del centro, ella logro tener una gran relación con él y yo
con las pocas veces que lo trate me llegue a encariñar y aquí es donde te das
cuenta, en esta tristeza, que uno de verdad valora lo que tiene cuando lo ve
perdido, mi compromiso desde hoy es valorar cada pequeño momento que tenga con
Lucio, no me imagino un martes sin él, sin sus ocurrencias o sin un “Claudia,
estoy cansado :( ayúdame
:D” o al final de todo un “Gracias, te quiero! ¿Vendrás el otro martes?”, “trae
color Rojo ¿sí?”, he logrado desarrollar con él un vínculo muy fuerte y esta
gran amistad no terminara cuando acabe el año ya que decidí desde hace mucho
tiempo seguir yendo a visitarlo.
Por otro lado, corroboré que mi centro no es el más o menos
desafiante, sino que cada uno tiene su desafío, ya sea la hiperactividad y
desorden de los niños, la rebeldía de los adolescentes o el cuidado de los ancianitos,
son experiencias totalmente distintas justamente porque las personas de estos
centros son de diferentes edades, de diferentes etapas de vida; la niñez, la adolescencia
y la senectud.
Este día de CAS me gustó mucho, me hizo reflexionar sobre
muchas cosas, con mi centro reflexione sobre mi relación con mi hermana, con el
Santa Isabel pensé como esta mi relación con mis amigas, amigos, primos de mi
misma edad y el albergue me recordó que los abuelitos no duran mucho más, por
lo que es ahora el momento de pasar la mayor parte del tiempo con ellos y
hacerles saber lo mucho que los amamos, engreírlos y sacarles una sonrisa.
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