Después
de dos semanas de unas merecidas vacaciones nos reencontramos con nuestros
pequeños. Hoy teníamos planeado actividades muy divertidas para todos.
Nuestro saludo cambio, gracias a nuestra asesora cambiamos de canción,
Sal de ahí chivita. Fue algo muy gracioso ya que cada uno interpreto un
animal y entraba a saludar según tiempos, fue algo totalmente distinto pero los
niños poco a poco se la fueron aprendiendo hasta el punto de cantarla por si
solos.

A penas
terminamos con el saludo, empezamos con las tareas y proyectos personales.Lucio
no tenía nada que hacer, pero yo le había traído una actividad, mi proyecto
personal para ayudarlo con su motricidad fina. Le lleve cartulinas, con su
dibujo animado favorito, Angry Birds, impresos en estas; plastilina, punzón y
tecnopor y una cartulina pintada de negro con una sorpresa dentro. Primero
iniciamos con los Bad Piggies, él tenía que punzar lo que yo le pedía, en
algunos el contorno, en otros los accesorios y en otro los ojos; luego le pedí
que hiciera bolitas pequeñas de plastilina de su color de preferencia para
luego ponerlos sobre los dibujos y esparcirlas. Al principio de la actividad,
Lucio estaba un poco cansado y no tenía muchas ganas de hacer el trabajo, que
es divertido pero puede llegar a ser tedioso, por lo que lo convertí en una
carrera, yo hacía bolitas y esparcía la plastilina por un lado y el por el otro
y el que lo hacía más rápido, ganaba; fue así como pude concluir esta primera
parte. ¡Buscando soluciones!


Luego,
con la siguiente cartulina hice lo mismo, una carrera para ver quien punzaba
los contornos primero; debo decir que… Lucio me gano y lo hizo muy muy bien.
Para finalizar, tenía una cartulina pintada de negro, mi sorpresa; Lucio la
miraba intrigado, no sabía qué hacer con ella hasta que le di una aguja punta
roma y con mi ayuda, para evitar que se pinchara, empezamos a raspar la
cartulina; el resultado fueron… ¡COLORES! De inmediato su cara se volvió de
asombro, de emoción y me pregunto “¿Cómo es eso posible?” y yo le dije “Magia…
otro día te enseñare” y su cara fue de asombro total. Una muy bonita sorpresa
para mi Lucio.
Al
terminar todos con las tareas y proyectos, pasamos a desarrollar las actividades
grupales. Mi amigo Jorge empezó con su juego de preguntas de cultura general,
si un niño tenía la respuesta correcta se le daba 3 bloques y el grupo ganador
era el que tenía la torre más alta. Agrupamos a los niños en 3 grupos y en cada
uno habían niños de diferentes edades. No logramos ganar pero Jorge les hizo
saber que todos habían ganado conocimiento el día de hoy.
Después,
le tocó el turno a Giancarlo para presentar su proyecto, los niños tenían que
reconocer los diferentes sonidos que hacían los animales, esta actividad fue
divertida porque lo niños imitaban los sonidos además del aprendizaje de otros
animales y su sonido.

Estaba
programado el proyecto de Daniel pero no pudo asistir, por lo que tuvimos que
ver que solución le dábamos a este imprevisto. Con el grupo decidimos contarles
un cuento “El pastorcito mentiroso” que tiene una moraleja muy importante, el
no mentir. Yo fui la narradora y con ayuda de otros compañeros míos pudimos
actuarla y representarles a los niños esta moraleja de una manera sencilla para
que la aprendan y vean sus consecuencias.
Este día
nos enseñó a todos que a pesar de los imprevistos podemos sacar adelante las
situaciones, con serenidad y entusiasmo arreglamos actividades que veíamos
perdidas. Por otro lado, yo aprendí que con un poco de paciencia e ingenio
puedo hacer que Lucio pierda el cansancio por un momento y trabaje. Siempre
presente mi compromiso con el orden y ánimo.
Comentarios
Publicar un comentario